miércoles, 4 de noviembre de 2009

AL LECTOR; Charles Baudelaire.



Afanan nuestras almas,nuestros cuerpos socavan
la mezquindad,la culpa,la estulticia,el error 

y,como los mendigos alimentan sus piojos,
remordimientos,complacientes nutrimos.

Tercos en los pecados,laxos en los propósitos
con creces nos hacemos pagar lo confesado
y tornamos alegres al lodoso camino
creyendo, en viles lágrimas,enjugar nuestras faltas.

En la almohada del mal,es Satán Trimegisto
quien con paciencia acuna nuestro arrobado espíritu
y el precioso metal de nuestra voluntad
íntegro se evapora por obra de ese alquímico.

¡El diablo es quien maneja los hilos que nos mueven
A los objetos sórdidos les hallamos encanto
e, impávidos,rodeados de tinieblas hediondas,
bajamos hacia el Orco un diario escalón.

Igual al disoluto que besa y mordisquea
el lacerado seno de una vieja ramera,
si una ocasión se ofrece de placer clandestino
lo exprimimos a fondo como seca naranja.


Denso y hormigueante,como un millon de helmintos
un pueblo de demonios danza en nuestras cabezas
y,cuando respiramos,la muerte,en los pulmones
desciende,río invisible ,con apagado llanto.

Si el veneno,el puñal,el incendio,el estupro
no adornaron aún con sus raros dibujos
el banal cañamazo de nuestra pobre suerte,
es porque nuestro espíritu no fue bastante osado

Mas, entre los chacales,las panteras,los linces,
los simios,las serpientes,escorpiones y buitres,
los aulladores monstruos,silbantes y rampantes
en la,de nuestros vicios,infernal mezcolanza

¡hay uno más malvado,más lóbrego e inmundo¡
Sin que haga feas muecas ni lance toscos gritos
Convertiría, con gusto,a la tierra en escombro
y,en medio de un bostezo,devoraría el orbe.

¡Es el Tedio¡-Anegado de un llanto involuntario,
imagina cadalsos,mientras fuma su yerba.
Lector,tú bien conoces el delicado monstruo,
-¡hipócrita lector-mi prójimo-mi hermano¡.

HIMNO A LA BELLEZA; Charles Baudelaire.



¿Bajas del hondo cielo o emerges del abismo,
Belleza? Tu mirada infernal y divina
confusamente vierte crimen y beneficio,
por lo cual se podría al vino compararte.

Albergas en tus ojos al poniente y la aurora,
cual tarde huracanada exhalas tu perfume;
son un filtro tus besos y un anfora tu boca
que hacen cobarde al héroe y al niño valeroso.

¿Del negro abismo emerges o bajas de los astros?
Como un perro, el Destino sigue ciego tu falda,
al azar vas sembrando el luto y la alegría
y todo lo gobiernas sin responder de nada.

Caminas sobre muertos, Belleza, y de ellos ríes;
el horror, de tus joyas no es la menos hermosa,
y el crimen, entre todas tus costosas preseas,
danza amorosamente sobre el vientre triunfal.

La aturdida falena vuela hasta ti, candela
crepita, estalla y grita:¡Bendigamos la llama¡
El amante jadeando sobre su bella amada
semeja un moribundo que su tumba acaricia.

Que tú llegues del cielo o el infierno, ¿Qué importa?
Belleza, inmenso monstruo, pavoroso e ingenuo,
si tu mirar, tu risa, tu pie, me abren las puertas
de un infinito que amo y nunca conocí.

Satánica o divina, ¿qué importa? Ángel, sirena
¿qué importa? si tu vuelves-- hada de ojos de raso,
resplandor, ritmo, aroma, ¡oh, mi señora única¡--
menos odioso el mundo, más ligero el instante.

ELEVACIÓN ; Charles Baudelaire.





Por encima de estanques, por encima de valles,

de montañas y bosques, de mares y de nubes,
más allá de los soles, más allá de los éteres,
más allá del confín de estrelladas esferas,

te desplazas, mi espíritu, con toda agilidad
y como un nadador que se extasía en las olas
alegremente surcas la inmensidad profunda
con voluptuosidad indecible y viril.

Escápate muy lejos de estos mórbidos miasmas,
sube a purificarte al aire superior
y apura, como un noble y divino licor,
la luz clara que inunda los límpidos espacios.

Detrás de los hastíos y los hondos pesares
que abruman con su peso la neblinosa vida
¡feliz aquel que puede con brioso aleteo
lanzarse hacia los campos luminosos y calmos¡

Aquel cuyas ideas, cual si fueran alondras,
levantan hacia el cielo matutino su vuelo,
-¡que planea sobre todo, y sabe sin esfuerzo,
la lengua de las flores y de las cosas mudas¡¡

USTEDES Y NOSOTROS; Mario Benedetti.


ustedes cuando aman

exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial.

nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas que bueno
sin sábanas igual.

ustedes cuando aman
calculan interés
y cuando se desaman
calculan otra vez

Nosotros cuando amamos
es como renacer
y si nos desamamos
no la pasamos bien

ustedes cuando aman
son de otra magnitud
hay fotos chismes prensa
y el amores un boom

nosotros cuando amamos
es un amor común
tan simple y tan sabroso
comotener salud

ustedes cuando aman
concsultasn el reloj
porque el tiempo que pierden
vale medio millon

nosotros cuando amamos
sin tanta cortedad
el subconciente piola
se pone a disfrutar

ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial.

nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas que bueno
sin sábanas igual.

BALADA DEL MAL GENIO; Mario Benedetti.


Hay dias en que siento una desgarra
de mí, de ti, de todo lo que insiste en creerse
y me hallo solidariamente cretino
apto para que en mí vacilen los rencores
y nada me paresca un aceptable augurio.

Dias en que abro el diario con el corazón en la boca
como si aguardara de veraz que mi nombre
fuera a aparecer en los avisos fúnebres
seguidos de la nómina de parientes y amigos
y de todo el indocil personal a mis ordenes.

Hay días que ni siquiera son oscuros
días en que pierdo el rastro de mi pena
y resuelvo las palabras cruzadas
con una rabia hecha para otra ocasión
digamos, por ejemplo, para noches de insomnio.

Díás en que uno sabe que hace mucho era bueno
bah tal vez no hace tanto que salía la luna
limpia como después de un jabón perfumado
y aquello si era autentica melancolía
y no este malsano, dulce aburrimiento..

Bueno, esta balada sólo es para avisarte
que en esos pocos días no me tomes en cuenta.