martes, 23 de agosto de 2011

SOBRAN PALABRAS; Maria Mercedes Carranza













Por traidoras decidí hoy


martes 24 de junio,


asesinar algunas palabras.


Amistad queda condenada


a la hoguera , por hereje;


la horca conviene


a Amor por ilegible;


no estaría mal el garrote vil


por apóstata, para Solidaridad;


la guillotina como el rayo


debe fulminar a Fraternidad;


Libertad morirá


lentamente y con dolor:


la tortura es su destino;


Igualdad merece la horca


por ser prostituta


del peor burdel;


Esperanza ha muerto ya;


Fe padecerá la camara de gas;


el suplicio de Tántalo, por inhumana


se lo dejo a la palabra Dios.


Fusilaré sin piedad a Civilización


por su barbarie;


cicuta beberá Felicidad.


Queda la palabra Yo. Para esa


por triste, por su atroz soledad


decreto la peor de las penas


vivirá conmigo hasta


el final.








DUERMEVELA: Piedad Bonnett.













Antes de que lleguen los sueños donde espero soñarte

viene al galope

el oscuro tropel de los deseos.

Como musgo en la piedra

del olor de mi piel nace tu piel

y de mi pecho surge tu latido.

Conjura mi deseo tu cuerpo hecho de sombra

y en mi boca tu boca siembra un río.

La noche es hoy tan negra y silenciosa

como debió de ser esa otra noche

cuando el viento de dios aleteaba

sobre las olas y el mundo era caos.

Y mientras de mi ardor se alza tu carne

puedo sentir también

todo cuanto contiene mi cuerpo, el palpitante

mecanismo que algunos llaman vida:

la sangre que golpea,

el fuego de la médula, los sordos

procesos de mi rigido engranaje.

Todo allí lentamente se desgasta;

su marcha fatigada puedo oír esta noche,

el murmullo inocente de sus ritmos secretos.

Por un instante aún

el deseo persiste en ser deseo.

Pero la noche ahora es hueca como un cuenco

y el pálpito en mis sienes, su tic tac incesante

llama al miedo.