miércoles, 31 de marzo de 2010

LA IGNORANCIA DE CRISTO; Mario Benedetti.


A pesar de su tierna omniciencia

hay dos cosas que Cristo nunca llego a saber

por qué su padre resolvio abandonarlo

y por qué tuvo que nacer precisamente

en el año cero de la era cristiana.

EL EXAMEN DE MEDIA NOCHE; Charles Baudelaire





Al sonar las doce, el péndulo


irónicamente invita


a considerar el uso


que hicimos del día ido:


-El día de hoy, fecha fatídica,

martes y trece, arrastramos,



a pesar de los saberes,



una existencia de herejes.






Hemos injuriado a Cristo,



¡el más firme de los dioses!



Y en torno, como parásitos,



de algún monstruo Creso,



para complacer al bruto,



digno vasallo del Diablo,



insultamos lo amado,



adulando a quien nos odia.






Tristes, serviles verdugos,



hemos despreciado al débil,



la tonteria con frente



de toro, enorme, acatado.



Con veneración inmensa



adoramos la Materia,



y de la putrefacción



la pálida luz se exalta.






Por último, para ahogar



el vértigo en el delirio,



nos, sacerdote del Verso,



cuya gloria es desplegar



las embriagueses más fúnebres,



hemos comido sin hambre



¡y hemos bebido sin sed!...



-¡Pronto apaguemos la lámpara,



para hundirnos en lo oscuro!

TRISTEZAS DE LA LUNA; Charles Baudelaire


Esta noche la luna sueña con más pereza,

cual si fuera una bella hundida entre cojines

que acaricia con mano discreta y ligerisíma

antes de adormecerse, el contorno del seno.


Sobre el dorso de seda de aludes deslizantes,

moribunda, se entrega a prolongarnos el éxtasis,

y pasea su mirada sobre visiones blancas,

que ascienden al azul igual que floraciones.


Cuando sobre este globo, con languidez ociosa,

ella deja rodar una furtiva lágrima,

un piadoso poeta, enemigo del sueño,


de su mano en el hueco, coge la fría gota

como un fragmento de ópalo de irisados reflejos.

Y la guarda en su pecho, lejos del sol voraz.

miércoles, 17 de marzo de 2010

CUERDAS LOCAS; Gonzalo Arango.


Los hombres desarmaron el mundo

como un reloj

y luego lo armaron otra vez

a la medida de su ambición

y su ínteres;

pero faltan o sobran cuerdas

y todos andan locos.

LO IRREPARABLE; Charles Baudelaire.


¿Podemos sofocar al cruel Remordimiento

que pulula, se agita y vive

nutriendose en nosotros como larva en el muerto

como hormiga en el árbol?

¿Podemos sofocar el cruel Remordimiento?


¿En qué filtro, en qué vino, en qué fuerte tisana,

ahogaremos al viejo enemigo,

como la cortesana destructor y goloso,

tenas como la hormiga?

¿En qué filtro, en qué vino, en qué fuerte tisana?


Dilo bella hechicera,¡oh! dilo si lo sabes

á este angustiado espíritu

igual al moribundo que aplastan los heridos,

al que patea el caballo,

dilo bella hechicera, ¡oh! dilo si lo sabes.


Dilo a este agonizante al que el lobo olfatea

y al que vigila el cuervo,

¡a este soldado!, si ha de desesperar

de tener cruz y tumba.

¡El pobre agonizante al que el lobo olfatea!


¿Puede clarear un negro y cenagoso cielo,

las tinieblas abrirse,

más negras que la pez, sin mañana ni noche,

sin astros ni relampagos?

¿Puede clarear un negro y cenagoso cielo?


La Esperanza, que otrora alumbro la Hostería,

¡Se apago para siempre!

Sin luna y sin estrellas, ¿dónde hallarán refugio

los que erraron la senda?

¡Fue el diablo quien apagó la luz de la Hostería!


Adorable hechicera, ¿amas a los condenados

conoces lo fatal?

¿Qué sabes de la Culpa, de venenosos dardos,

que al corazón traspasan?

Adorable hechicera ¿amas a los condenados?


Lo Irreparable roe con sus dientes malditos

nuestro mísero espíritu

y a menudo socava, termina silenciosa,

sus mismos basamentos

¡Lo Irreparable roe con sus dientes malditos!


-Yo vi una vez, al fondo de un teatro banal

que la orquesta inflamaba,

a un hada que alumbraba en un cielo infernal

una magica aurora

yo vi una vez, al fondo de un teatro banal


a un ser forjado de oro, gasa y luz,

derribar al enorme Satán;

pero mi corazón, jamás abierto al éxtasis

es un teatro que aguarda,

siempre en vano, a ese ser de alas de gasa.

SANTOS Y CRIMINALES; Eduardo Gómez



I

Diariamente alabo tu crueldad Señor

me empeño en ver la futura salud celestial en la

enfermedad

y predico resignación y goce en la quemadura de la

fiebre

y elogio las flores sangrantes de las llagas

como al oscuro camino para llegar al cielo.

Nos castigas generosamente ¡oh Señor!

y el hambre y la violencia nos recuerdan diariamente

a quién pertenecemos y para qué hemos nacido

preservándonos de la concupiscencia en la

abundancia de las cosas

y en el florecer de los cuerpos

y en los frívolos pecados del progreso.


Estamos dispuestos a intentar la esclavitud

para que tu reino mantenga su sombrío esplendor

a agotar nuestros cuerpos hasta el último aliento

para que tu ¡ oh poderoso! puedas consolar tu dominio.


Sin embargo somos débiles

y apenas podemos soportar la vista de tus rebaños y

tus huertos

sin que el hambre nos retuerza

y la belleza de tus criaturas sin que la lascivia nos

muerda

y el tesoro de tus templos sin que el rencor nos

estremezca

Por eso en la barbarie de tu ley se manifiesta ¡ oh Señor!

tu astuta sabiduría y tu prudencia.


II

Porque las niñas tísicas y los santos patriarcas

se azotan con cordeles y ramos de culebras

porque sus vientres arden y sus axilas azules

y sus noches son de nieve salpicada de sangre

amamos sus blancos lomos del beso y el azote

hambrientos

sus sólidos pechos puros para la quemadura del

cuchillo

y su avara dulzura y sus secretas madrigueras

y sus pequeños tesoros tenazmente escondidos

y sus tristes mazurcas en llanuras de hielo.

EL INFIERNO; Jorge Gaitán Durán.


Los hombres ya no viven: Como enterradas serpientes

En el otoño, como lunas perezosas en invierno,

En el estío son aguilas o tigres, soles sanguinarios

Que arden en el opaco mundo de las cosas,

Guerreros en vigilia como los astros

Para que en inmortales los convierta el cielo mentido.

Nobles o perversos, mas efímeros porque es su obra

única arrancar un instante al infierno

La misma carne que los delata a los dioses,

Los amantes están solos en la Tierra.

Feroces porque el que siempre da recibe injusticia,

Quieren ser como uñas o dientes en el otro,

Como la selva tras la tormenta de verano, quieren

Que nadie vea su debilidad, sino sufra la videncia.

Ayuntados como hermosas bestias o en fuga como los

criminales

La luz los ciega: el hombre no tine tiempo para

reconocerse.

Se abrazan en su miseria hasta encontrar un cuerpo

Impenetrable donde sólo la muerte toca fondo:

Sus bocas están juntas, mas separadas siguen las almas.

martes, 9 de marzo de 2010

UNA MUJER DESNUDA Y EN LO OSCURO; Mario Benedetti.


Una mujer desnuda y en lo oscuro

tiene una claridad que nos alumbra

de modo que si ocurre un desconsuelo

un apagón o una noche sin luna

es conveniente y hasta imprescindible

tener a mano una mujer desnuda


una mujer desnuda y en lo oscuro

genera un resplandor que da confianza

entonces dominguea el almanaque

vibran en su rincón las telarañas

y los ojos felices y felinos

miran y de mirar nunca se cansan


una mujer desnuda y en lo oscuro

es una vocación para las manos

para los labios es casi un destino

y para el corazón un despilfarro

una mujer desnuda es un enigma

y siempre es una fiesta descifrarlo


una mujer desnuda y en lo oscuro

genera una luz propia que nos enciende

el cielo raso se convierte en cielo

y es una gloria no ser inocente

una mujer querida o vislumbrada

desbarata por una vez la muerte

NUEVO CANAL INTEROCEÁNICO; Mario Benedetti.


Te propongo construir


un nuevo canal


sin exclusas


ni excusas


que comunique por fin


tu mirada atlántica


con mi natural


pacífico

EL CRUCIFICADO; Jorge Valencia Jaramillo


Muchas mujeres llevan, con pasión

Un cristo colgado en el pecho

Nada les emociona más

Que tener ahí y sin más remedio

Un hombre crucificado.

FUERZA MAYOR; Jorge Valencia Jaramillo


Por el solo hecho de amar

El hombre es un condenado

O un héroe.

Y los héroes y los condenados

nunca son felices.

ESTADOS DE ÁNIMO; Mario Benedetti.


A veces me siento
como un águila en el aire
(de una canción de Pablo Milanes)

Unas veces me siento


como pobre colina


y otras como montaña


de cumbres repetidas




unas veces me siento


como un acantilado


y en otras como un cielo


azul pero lejano




A veces uno es


manantial entre rocas


y otras veces un árbol


con sus últimas hojas




pero hay me siento apenas


como laguna imsomne


con un embarcadero


ya sin embarcaciones




una laguna verde


inmóvil y paciente


conforme con sus algas


sus musgos y sus peces




sereno en mi confianza


confiado en que una tarde


te acerques y te mires


te mires al mirarme

RESTITUCIONES; Gonzalo Marquez Cristo.



Pretendo que todo lo perdido se convierta en poema.

Las heridas como los huracanes tienen nombre y aunque
ignoro por qué a mi alrededor nacen los abismos, desde
el origen fui mancillado por la felicidad, por su cima inclemente.




Las invasoras restas del recuerdo. La pugna de la raíz. La
antigüedad del silencio...


No pongo flores en el cementerio del sueño, pero continuo a pesar
de todas las arenas movedizas del espíritu.


La culpa que no te deja partir es el amor.

Y ahora la niebla, la lluvia , la ausencia...

El desequilibrio llamado belleza, la terrible orfandad de lo
sagrado, la rosa ígnea que me guía en la desesperación...

Sé que el camino terminara por encontrarme.