lunes, 8 de febrero de 2010

UNIDAD; Manuel Bandeira.


Mi alma estaba en aquel instante

fuera de mí, lejos, muy lejos.

Llegaste

y desde entonces fue verano,

el verano con sus palmas, sus calores sofocantes y

sus vientos de anciosa mocedad.

En vano tus caricias insinuaban quebranto y molicie:

el instinto de penetración ya despertado

era como una saeta de fuego.

Fue entonces que mi alma fue llegando

fue llegando de muy lejos,

fue llegando

para de pronto vibrar en mí violentamente y sacudirme todo

en el momento feliz de la unidad.

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