![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRzqQZ6grGeqDcnbF127x476IooPpTUM0Ck0mcKO3ycqoq-L2tuRJRzqxmVNJex_uY9fjE_SIwpwkC-qFadV1mlmXCjHsEGwQRhiqQ3FdwxleeQv_LOMud6SVRwxI8iDZUO24qGCIe4g/s400/imagesCAKOPXVW.jpg)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHw8wp0_EhEgAW3TmjrtmJW3W-FKrq9FMNLQhXN4MYwXK7GDOOHE7PEg-PY5TXmjJHCWEI-yb2k61rYU82O1DN7j4kdF3b2hkJcWCsWJVaoWztjdzvQIyyOOASsgxEsXUPHuIoHOFynQ/s400/lahilandera2.jpg)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2TSmE6VQig3CZmKAI67tXLJ6w1T0447PaiMnzaFRXadpvDSnwGzhScP4tYOpFyYlXc_5aBRfboP4iO3E4P9AQSVsfhYtDQHrtMxhCpeFWtRRGKW4B9ld9dqkuqRPBrOGIIQqFb1pXyg/s400/imagesCAZJ4BR8.jpg)
Dijo el hombre a la Hilandera
a la puerta de su casa:
-Hilandera estoy cansado,
dejé la piel en las zarzas,
tengo sangradas las manos,
tengo sangradas las plantas,
en cada piedra caliente
dejé un retazo del alma,
tengo hambre, tengo fiebre,
tengo sed...la vida es mala...
Y contesto la Hilanadera.
-Pasa.
Dijo el hombre a la hilandera
en el patio de su casa:
Hilandera, estoy cansado,
tengo sed , la vida es mala;
ya no me queda una senda
donde no encuentre una zarza.
Hila una venda, Hilandera.
hila una venda tan larga
que no te quede más larga
ponme la venda en la cara,
cubreme tanto los ojos,
que ya no pueda ver nada,
que no se vea en la noche
ni un rayo de mi vida mala.
Y contestó la Hilandera:
-Hilaba.
Hilo tanto la hilandera
que las manos le sangraban
y se pintaba de sangre
la larga venda que hilaba.
Ya no le quedó más lino
y la venda roja y blanca
puso en los ojos del hombre,
que ya no pudo ver nada...
-¿Dónde te fuíste, Hilandera,
que ni siquiera me hablas?
¿Qué hacías en estos días,
qué hacías y dónde estabas?
Y contestó la Hilandera.
-Hilaba.
Y un día vio la Hilandera
que el hombre ciego lloraba
ya estaba la espesa venda
atravesada de lágrimas,
una gota cristalina
de cada ojo manaba.
Y el hombre dijo:
Hilandera,
¡te estoy mirando a la cara!
¡Qué bien se ve todo el mundo
por el cristal de las lágrimas!
Los caminos están frescos,
los campos verdes de agua;
hay un iris en las cosas,
que me la llena de gracia.
La vida es buena Hilandera
la vida no tiene zarzas;
¡quítame la larga venda
que me pusiste en la cara!
Y ella le quitó la venda
Y la Hilandera lloraba
y se estuvieron mirando
por el cristal de las lágrimas
y el amor, entre sus ojos,
hilaba...