miércoles, 20 de febrero de 2013

OBRA; Juan Manuel Roca

Como quien mece una cabeza 
entre dos senos
y se abandona al arrullo del deseo,
hay algo turbador y hambriento 
en una carne 
que se abre a otra carne
y juega con ella 
en el umbral de la inminencia. 

Vivo aliento

con el que la vida se renueva
y el olvidadizo amor 
aprende a deletrear 
la palabra siempre.

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