jueves, 28 de febrero de 2013

POEMA; Carlos Germán Belli



Nuestro amor no está en nuestros respectivos
y castos genitales, nuestro amor
tampoco en nuestra boca, ni en las manos;
todo nuestro amor guárdase  con pálpito
bajo la sangre pura de los ojos.
Mi amor, tu amor esperan que la muerte
se robe los huesos, el diente y la uña,
esperan que en el valle solamente
tus ojos y mis ojos se queden juntos,
mirándose ya fuera de sus órbitas 
más bien como dos astros, como uno.

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