No digas que tienes hambre, porque te servirán tus dedos cortados.
No digas que tienes sueño, porque te coserán con hilo los parpados.
No digas que amas a alguien, porque te traerán su corazón putrefacto.
No digas que quieres al mundo, porque multiplicarán los incendios.
No digas que buscas a Dios, porque te llenarán de brasas la boca.
No digas que es bello el rocío que dulcemente cubre los campos, porque en cada gota celeste
inocularán pestilencia.
Porque no todos nacimos para pretender a los deseos....
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