Primero está la soledad.
En las entrañas y el centro del alma:
esta es la esencia, el dato básico, la única certeza,
que solamente tu respiración te acompaña,
que siempre bailarás con tu sombra,
que esa tiniebla eres tú.
Tu corazón, ese fruto perplejo, no tiene que
agriarse con tu tino solitario,
déjalo esperar sin esperanza
que el amor es un regalo que algún día llega
por sí solo.
Pero primero esta la soledad
y tú estas con tu pecado original
-contigo mismo- .
Acaso una noche, a las nueve,
aparece el amor y todo estalla y algo se
ilumina dentro de ti,
y te vuelves otro, menos amargo, más
dichoso;
pero no olvides, especialmente entonces,
cuando llegue el amor y te calcine,
que primero y siempre está tu soledad
y luego nada
y después, si ha de llegar, está el amor.
En las entrañas y el centro del alma:
esta es la esencia, el dato básico, la única certeza,
que solamente tu respiración te acompaña,
que siempre bailarás con tu sombra,
que esa tiniebla eres tú.
Tu corazón, ese fruto perplejo, no tiene que
agriarse con tu tino solitario,
déjalo esperar sin esperanza
que el amor es un regalo que algún día llega
por sí solo.
Pero primero esta la soledad
y tú estas con tu pecado original
-contigo mismo- .
Acaso una noche, a las nueve,
aparece el amor y todo estalla y algo se
ilumina dentro de ti,
y te vuelves otro, menos amargo, más
dichoso;
pero no olvides, especialmente entonces,
cuando llegue el amor y te calcine,
que primero y siempre está tu soledad
y luego nada
y después, si ha de llegar, está el amor.
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