¡Y si la muerte fuera un cartero repartiendo
su negra tarjeta de visita en cada casa!
¡Y si fuéramos el eco de un fantasma
Cuyo rostro su borrará como el dibujo de un
niño bajo el agua!
¡Y si habitáramos el mapa de Cómala
Trazado por Rulfo con un tizón sobre el agua!
Mientras pasamos una a una las páginas del
libro de Cómala,
Algo nos dice que estamos vivos en la gran
colmena de la noche:
El corazón como una aldaba en la puerta del pecho.
Nadie pregunte quién llega. Quién parte.
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