Devórame, vidasi es que puedes
hincar el diente
en mi carapacho salobre
y duro,
el mismo que a martillazos
has pulido
creyendo hallar un diamante
en su centro
cuando nada más lograste
compactar la piedra
y enfriar mis emociones
sin encontrar jamás
el fuego
que ahora mismo azuzo
contra esa tu manía
de moldearnos a golpes.
hincar el diente
en mi carapacho salobre
y duro,
el mismo que a martillazos
has pulido
creyendo hallar un diamante
en su centro
cuando nada más lograste
compactar la piedra
y enfriar mis emociones
sin encontrar jamás
el fuego
que ahora mismo azuzo
contra esa tu manía
de moldearnos a golpes.
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