jueves, 3 de diciembre de 2009

EL AMOR DE LOS HIJOS DEL ÁGUILA; William Ospina.


En la punta de la flecha ya está, invisible, el corazón

del pájaro

En la hoja del remo ya está, invisible, el agua.

En torno del hocico del venado, ya tiemblan,

invisibles, las ondas del estanque.

En mis labios ya están, invisibles tus labios.

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